Thursday, July 10, 2008

rayuela (me gustaria poder decir tu nombre)

la primera palabra
no mira a los ojos

sienten un árbol las piernas
y cuando poso para el rostro
hay tintes de tarde avergonzada

soy una carta entregada
déjame espacio en la jaula
de tu esternon

un hornero construyendo
fragancias para un imperio
de axones hablando de nosotros

en la segunda palabra
no hay saliva del otro
apenas,
solo el plano de una colmena

bebo el encuentro
no te pienso desvestida,
la cabeza esta llena de ramitas
para fuego
o trincheras

para la tercera palabra
aun no nos fuimos juntos
no se puede decir cama
solo aguardar por otra mesa
donde estar solos

para la cuarta palabra
somos tan enteros que quizás
ya no pensemos en poseer al otro.

Friday, July 04, 2008

jim joplin



wuau una molotov recorría toda una calle
de axones, de mi planeta cabeza
y vos enfrente contándome toda clase de paisajes
no escuchaba

solo veía como onduladamente
te volvías como un arcó iris con forma de mujer
esas hippies del rock
y solo quería darte un beso,
manosearte un poco, dejando en claro
que entregaba como anillo de compromiso
todos mis flashes o buena parte

a que sean con vos
y lo entendió pero con esa distancia e indiferencia,
como si te levantaras a Janis Joplin,

recuerdo muchos no lugares,
ella mirando las diversas molotov
que generaba en mi cabeza

“táratele encima”
“desnúdala”
“salí a tomar el té”
“abrázala en un banco de plaza”
“ándate a vivir con ella para coger por toda Latinoamérica”

no pero en serio, no era tan así
mi cabeza estaba llena de molotovs
las que enfadadas como por ejemplo las neuronas a favor de que solo me dedique a la revolución, que me vaya a dormir que deje de perder el tiempo con una mujer
que tengo que trabajar
las románticas que no pensaban en otra cosa mas que crear la eternidad en ese instante
las masculinas donde esa mesa de bar que es ser un hombre iba entre sus actores de desnudarla, a creer no era muy linda y así
pero las molotov son algo increíble
son bestiales

y me desarme, se cayeron todas mis estructuras
y solo pude ser
seguirla, seguir el día

la bese por única ves de todo ese encuentro de casi nueve horas, vagando de bar en bar en el zaguán de su edificio, casi como un robo mío, casi perfecto por lo breve, tan efectivo como saber que su boca me arrolla y ancla en alas los cuerpos, me fui sonriendo,
pase por la puerta de mi trabajo, que todavía dormía
y me dirigí al café de la esquina
a disfrutar de esas medialunas perfectas
que mi trabajo me obliga a comer
parado
apurado
presionado,
sentarme en esa mesa, pedirlas con café
ver el amanecer
y pensarte
recordarte
y poco a poco la droga el humo te vuelven
un leproso de la moda
los viejos te miran
aunque tengas un libro estas perdido
un carro me lleva
a la cama
al trabajo
al descanso
a este poema
y a la revolución, el solo acto de nombrarla incomoda.




viernes 04 de julio de 2008